Bob Dylan no quiere fotos de sus conciertos en España. Así que tendré que poner una imagen que he sacado de su cartel. La crónica de su histórico concierto en Lorca del 4 de julio de 2008 vendría a ser ésta:A pesar de la puntualidad de la que se había hablado, Bob Dylan no salió al escenario de la Plaza de Toros a las nueve y treinta minutos, sino a las nueve y treinta y siete. Lo hacía al compás de Rainy Day Woman, y con ella se ganaba al público asistente, de orígenes diversos y entre los que destacaba un importante número de británicos, incluso algún entusiasta vestido como Dylan en la película de Sam Peckimpah "Pat Garret y Billy the Kid", en la que tenía un pequeño papel.
Al primer tema le siguieron otros quince mas, y lo que estaba previsto que fuera un concierto de una hora y quince minutos, se acabó estirando hasta las dos horas precisas, con un bis incluido. En este intervalo hubo tiempo para repasar algunos de los grandes temas que han jalonado la carrera de Dylan y otros más recientes, como los de su último trabajo Modern Times. Se echaron de menos títulos como Like a rolling stone o Knockin'on heaven's door, pero no faltaron otros como Desolation Row, Don't think twice o Highway #61.
Si algo destacó también de la actuación, fue el aire de rythm & blues que se respiraba en todas las canciones, con escapatorias íntimas que asemejaban en algún momento a Dylan con un crooner de los de toda la vida. Arropado por una banda clásica compuesta por dos guitarras, un contrabajo, un batería y otro teclista como apoyo, el norteamericano no cogió la guitarra en ningún momento del concierto y se dejó llevar a ratos por la potencia de sus acompañantes, que acercaron a su terreno temas como Blowin in the wind, en un híbrido a medio camino entre el blues y el country y con el que se acabó el concierto.
La voz de Dylan ya no era la del aquel año 63, tal vez por eso la canción no podía sonar igual. Lo único cierto anoche era que, como entonces, las 6.000 personas que se citaron en la Plaza de Toros de Lorca seguían buscando junto a Bob Dylan una respuesta en el viento.
Al primer tema le siguieron otros quince mas, y lo que estaba previsto que fuera un concierto de una hora y quince minutos, se acabó estirando hasta las dos horas precisas, con un bis incluido. En este intervalo hubo tiempo para repasar algunos de los grandes temas que han jalonado la carrera de Dylan y otros más recientes, como los de su último trabajo Modern Times. Se echaron de menos títulos como Like a rolling stone o Knockin'on heaven's door, pero no faltaron otros como Desolation Row, Don't think twice o Highway #61.
Si algo destacó también de la actuación, fue el aire de rythm & blues que se respiraba en todas las canciones, con escapatorias íntimas que asemejaban en algún momento a Dylan con un crooner de los de toda la vida. Arropado por una banda clásica compuesta por dos guitarras, un contrabajo, un batería y otro teclista como apoyo, el norteamericano no cogió la guitarra en ningún momento del concierto y se dejó llevar a ratos por la potencia de sus acompañantes, que acercaron a su terreno temas como Blowin in the wind, en un híbrido a medio camino entre el blues y el country y con el que se acabó el concierto.
La voz de Dylan ya no era la del aquel año 63, tal vez por eso la canción no podía sonar igual. Lo único cierto anoche era que, como entonces, las 6.000 personas que se citaron en la Plaza de Toros de Lorca seguían buscando junto a Bob Dylan una respuesta en el viento.
1 comentario:
Estuve en Lorca y fue impresionante. Lástima que no tocara LARS. De voz, mejor de lo que esperaba.
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