Entre canción y canción, Scott Henderson levanta la cabeza, habla un poco con el público, sonríe a su banda o mira a sus técnicos. Pero, cuando está tocando, no lo hace para nada. Se vuelca sobre las cuerdas de su Fender, se esconde entre su pelo desgreñado y va desgranando canción tras canción un jazz-blues de los de la vieja escuela.
Esta noche cambiamos de registro: toca La Casa Azul.
3 comentarios:
tienes un blog muy interesante me ha encantado poder visitarlo,la verdad que lo haces ameno de leer y pienso que no te importa dedicarle el tiempo necesario al blog sigue asi,te invito a visitar mi blog y a devolverme el comentario,gracias y suerte con tu blog
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