Esto es un "aquí te pillo, aquí te entrevisto" con la escritora gallega Blanca Riestra (La Coruña, 1970). Su primer libro fue "Anatol y yo", luego otros libros como "El tiempo de las cerezas", "Todo lleva su tiempo" y "El sueño de Borges". Ha sido directora del Instituto Cervantes en Alburquerque (Nuevo México, EE. UU) y ha conseguido premios como el primer premio de relatos de la revista literaria "Eñe". En 2008 presenta su nuevo libro "Madrid Blues", con los atentados del 11-M como trasfondo.
¿De qué hablas en este último libro, “Madrid Blues”?
Es unan novela coral sobre tres días muy próximos en el pasado más inmediato, que serían los tres días previos al atentado del 11 de marzo en Atocha. Lo escribí en Estados Unidos, quería tratar de reunir en un libro lo que para mí era esa ciudad y que desde fuera me daba la impresión de que no existía, de que era una realidad paralela. Es como una madeja de historias que se entremezclan con personajes de diferentes clases sociales y que viven sus pequeñas historias cotidianas, con sus amores, sus problemas económicos, sus amistades, y que viven sin saber que dentro de tres días hay un abismo que va a abrir frente a ellos.
En Estados Unidos has sido directora del Instituto Cervantes en Alburquerque. Allí habrás tenido la oportunidad de ver cómo ha repercutido en la cultura otro atentado importante como el 11-S. Ahí ya tenemos libros como el de Don Delillo “El hombre del salto”. ¿Qué paralelismos y que diferencias hay entre la forma en la que se ha afrontado en España?
La fecha del 11-M para España ha marcado a nuestra generación. Es una marca histórica y vital importante. La diferencia entre cómo se ha tratado el 11-S en Estados Unidos y el 11-M en España es que en nuestro país se ha tratado muy poco. Creo que mi novela es la primera que toca tangencialmente el tema. De hecho, cuando saqué el libro la gente me miraba como si fuera algo muy arriesgado, como si aún no estuviéramos preparados para hablar del tema. Pero, francamente, creo que es un tema que nos pertenece a todos y del que podemos hablar los escritores. Cuanto más doloroso y cercano sea el tema del que se habla más pertinente hablar de él. Si no, todos los escritores estaríamos hablando de las mariposas australianas.
A propósito de la expansión del castellano en Estados Unidos, ¿qué papel pueden tener los medios de comunicación en este idioma para dar a conocer la cultura española?.
En Estados Unidos, en general, el dominio del inglés es total y está fomentado por el Estado. No es tan fácil que los medios de comunicación peleen por la causa del español. Quizá lo que deberíamos intentar es que los medios españoles y los de los países hispanos proyecten una imagen cultural fuerte y fomentar esta extensión de la lengua fuera.
Has sido profesora en Roma, en Estados Unidos y en España. Todo ese bagaje que ahora traéis los escritores españoles de una nueva generación, me da la impresión de que se refleja cada vez más en vuestros libros.
Es muy importante viajar para escribir, y para no escribir también. Está muy bien irte de tu casa, tratar de acostumbrarte a otras culturas y sobrevivir en medios hostiles a veces. No quedarte siempre en el mismo sitio. Yo siempre he ido donde me han dado algo. Siempre he trabajado donde ha surgido. Eso es muy bueno para vivir y escribir.
Es unan novela coral sobre tres días muy próximos en el pasado más inmediato, que serían los tres días previos al atentado del 11 de marzo en Atocha. Lo escribí en Estados Unidos, quería tratar de reunir en un libro lo que para mí era esa ciudad y que desde fuera me daba la impresión de que no existía, de que era una realidad paralela. Es como una madeja de historias que se entremezclan con personajes de diferentes clases sociales y que viven sus pequeñas historias cotidianas, con sus amores, sus problemas económicos, sus amistades, y que viven sin saber que dentro de tres días hay un abismo que va a abrir frente a ellos.
En Estados Unidos has sido directora del Instituto Cervantes en Alburquerque. Allí habrás tenido la oportunidad de ver cómo ha repercutido en la cultura otro atentado importante como el 11-S. Ahí ya tenemos libros como el de Don Delillo “El hombre del salto”. ¿Qué paralelismos y que diferencias hay entre la forma en la que se ha afrontado en España?
La fecha del 11-M para España ha marcado a nuestra generación. Es una marca histórica y vital importante. La diferencia entre cómo se ha tratado el 11-S en Estados Unidos y el 11-M en España es que en nuestro país se ha tratado muy poco. Creo que mi novela es la primera que toca tangencialmente el tema. De hecho, cuando saqué el libro la gente me miraba como si fuera algo muy arriesgado, como si aún no estuviéramos preparados para hablar del tema. Pero, francamente, creo que es un tema que nos pertenece a todos y del que podemos hablar los escritores. Cuanto más doloroso y cercano sea el tema del que se habla más pertinente hablar de él. Si no, todos los escritores estaríamos hablando de las mariposas australianas.
A propósito de la expansión del castellano en Estados Unidos, ¿qué papel pueden tener los medios de comunicación en este idioma para dar a conocer la cultura española?.
En Estados Unidos, en general, el dominio del inglés es total y está fomentado por el Estado. No es tan fácil que los medios de comunicación peleen por la causa del español. Quizá lo que deberíamos intentar es que los medios españoles y los de los países hispanos proyecten una imagen cultural fuerte y fomentar esta extensión de la lengua fuera.
Has sido profesora en Roma, en Estados Unidos y en España. Todo ese bagaje que ahora traéis los escritores españoles de una nueva generación, me da la impresión de que se refleja cada vez más en vuestros libros.
Es muy importante viajar para escribir, y para no escribir también. Está muy bien irte de tu casa, tratar de acostumbrarte a otras culturas y sobrevivir en medios hostiles a veces. No quedarte siempre en el mismo sitio. Yo siempre he ido donde me han dado algo. Siempre he trabajado donde ha surgido. Eso es muy bueno para vivir y escribir.
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