He visto ya algunos conciertos del ciclo Diversons , y he tenido también la oportunidad de entrevistar a alguno de los grupos de este ciclo, promovido por la Obra Social "La Caixa", que promueve la integración social a través de la música. Inmigrantes de todo el mundo que residen en España y que crean sus grupos musicales: para enseñar la música de sus países de origen, sus tradiciones y, también, su capacidad de mestizaje y fusión con otras músicas y culturas. Desde música brasileña, a percusión de Costa de Marfil, pasando por una fanfarria balcánica hasta llegar a la legendaria Persia.
Paola Arias es la vocalista de uno de esos grupos que participan en la edición de este año, Raspa, un grupo colombiana que recupera un género de los años 70.
¿Qué es la “raspa?
Es un genero musical que nace en los años 70 en Colombia. Mezcla las bases afro-colombianas con la cumbia y los ritmos salseros. Es lo que se denomina raspa: lo bailaban nuestros abuelos, nuestros padres… Y se había quedado en el baúl del recuerdo, pero nos propusimos recuperarlo desde Barcelona, donde estamos radicados actualmente… Aquí se da la coincidencia de que la “raspa” es algo que sobra, y por eso también nos gustó ese nombre. Jugamos con los dos términos.
¿Cuál es la historia del grupo?
Nos conocimos en Barcelona. Yo vine a estudiar música a una escuela de jazz, otros vinieron a hacer alguna carrera y hay quien hacía teatro en grupos de reconocido nivel nacional. Además, tenemos un malagueño también, que se vinculó a la banda no sólo por la música, sino también por la amistad… Nos juntamos en un bar en la Calle Asonadors, cerca de la Calle Comercio. Empezamos a hablar del proyecto, nos echamos pa’lante y así fue la historia. Han pasado 4 años y ahora tenemos la oportunidad de girar por España con Diversons.
Como gran parte de la música colombiana, la “raspa” viene de la mezcla… Pero es que cuando os juntáis en España, la mezcla es todavía mayor…
Claro, esto le da un color aún más mestizo, el mestizaje y la multiculturalidad que se está gestando estos días en toda España. El malagueño le da un toque más andaluz, más festivo, pero también hablamos de temas sociales, como la exclusión. Estamos muy sintonizados con lo que pasa en nuestra ciudad.
¿Funciona como herramienta de integración?
Por supuesto. Todos los espacios artísticos y todo lo que tenga que ver con la participación del público, en diferentes vertientes artísticas, todo eso funciona.
¿Cómo va en lo musical? ¿Os va bien?
Para ser sincera, no vivimos de esto. No por nosotros, sino porque a nivel mundial ahora mismo hay muy pocas personas que viven de esto. Hay una crisis en el medio disquero. Otra realidad es que muchos de nosotros somos inmigrantes y tenemos que ganarnos la vida trabajando en el día a día. La música, para nosotros, es como un medio de creación y relajación. Ojala pudiéramos vivir de la música.
Es un genero musical que nace en los años 70 en Colombia. Mezcla las bases afro-colombianas con la cumbia y los ritmos salseros. Es lo que se denomina raspa: lo bailaban nuestros abuelos, nuestros padres… Y se había quedado en el baúl del recuerdo, pero nos propusimos recuperarlo desde Barcelona, donde estamos radicados actualmente… Aquí se da la coincidencia de que la “raspa” es algo que sobra, y por eso también nos gustó ese nombre. Jugamos con los dos términos.
¿Cuál es la historia del grupo?
Nos conocimos en Barcelona. Yo vine a estudiar música a una escuela de jazz, otros vinieron a hacer alguna carrera y hay quien hacía teatro en grupos de reconocido nivel nacional. Además, tenemos un malagueño también, que se vinculó a la banda no sólo por la música, sino también por la amistad… Nos juntamos en un bar en la Calle Asonadors, cerca de la Calle Comercio. Empezamos a hablar del proyecto, nos echamos pa’lante y así fue la historia. Han pasado 4 años y ahora tenemos la oportunidad de girar por España con Diversons.
Como gran parte de la música colombiana, la “raspa” viene de la mezcla… Pero es que cuando os juntáis en España, la mezcla es todavía mayor…
Claro, esto le da un color aún más mestizo, el mestizaje y la multiculturalidad que se está gestando estos días en toda España. El malagueño le da un toque más andaluz, más festivo, pero también hablamos de temas sociales, como la exclusión. Estamos muy sintonizados con lo que pasa en nuestra ciudad.
¿Funciona como herramienta de integración?
Por supuesto. Todos los espacios artísticos y todo lo que tenga que ver con la participación del público, en diferentes vertientes artísticas, todo eso funciona.
¿Cómo va en lo musical? ¿Os va bien?
Para ser sincera, no vivimos de esto. No por nosotros, sino porque a nivel mundial ahora mismo hay muy pocas personas que viven de esto. Hay una crisis en el medio disquero. Otra realidad es que muchos de nosotros somos inmigrantes y tenemos que ganarnos la vida trabajando en el día a día. La música, para nosotros, es como un medio de creación y relajación. Ojala pudiéramos vivir de la música.
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