... o el "rollo festivalero", que es como se dice ahora y como también se podría haber llamado este post. Y es que, a tan sólo un par de días de que empiece ya de una vez Rock in Rio, este evento no hace más que poner de nuevo de manifiesto que nuestro país se ha convertido en verano en un "carnaval" de festivales musicales, dicho en el sentido más devaluado de la palabra.
Cada diputación provincial, comunidad autónoma, fundación bancaria o municipio en busca de repercusión mediática anda promoviendo su festival. No es de extrañar entonces que se inflen los cachés de los artistas, que tengamos saturación de giras internacionales, que una gran estrella que vemos en un lado a los dos días está en otro o que, llegado el momento, un festival que de entrada presenta un cartel interesante, acabe preguntándose llegada la hora de la verdad dónde está su público, como ocurrió el pasado fin de semana en el Murcia Sound.
Por otro lado, sí que es una forma bastante digna e inteligente de contrarrestar el efecto Internet y el descenso de las ventas, para las discográfica y los grupos, que se acaban ganado la vida como siempre se ha hecho: dando conciertos. Sí, pero ¿alguien es capaz de seguir la pista de tantos y tantos conciertos? ¿Existen tanto público para tantas opciones? ¿Podemos permitirnos el viajara de una punta a otra de nuestro país para acudir a un festival cuando nuestro concejal de turno ya nos ha montado uno en la puerta de nuestra casa? Aquí, como siempre, la respuesta es fácil: me quedo con el mío, porque me gusta.
Cada diputación provincial, comunidad autónoma, fundación bancaria o municipio en busca de repercusión mediática anda promoviendo su festival. No es de extrañar entonces que se inflen los cachés de los artistas, que tengamos saturación de giras internacionales, que una gran estrella que vemos en un lado a los dos días está en otro o que, llegado el momento, un festival que de entrada presenta un cartel interesante, acabe preguntándose llegada la hora de la verdad dónde está su público, como ocurrió el pasado fin de semana en el Murcia Sound.
Por otro lado, sí que es una forma bastante digna e inteligente de contrarrestar el efecto Internet y el descenso de las ventas, para las discográfica y los grupos, que se acaban ganado la vida como siempre se ha hecho: dando conciertos. Sí, pero ¿alguien es capaz de seguir la pista de tantos y tantos conciertos? ¿Existen tanto público para tantas opciones? ¿Podemos permitirnos el viajara de una punta a otra de nuestro país para acudir a un festival cuando nuestro concejal de turno ya nos ha montado uno en la puerta de nuestra casa? Aquí, como siempre, la respuesta es fácil: me quedo con el mío, porque me gusta.
1 comentario:
J siempre grande.
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