viernes, 3 de febrero de 2006

UNA TARDE PERFECTA

Hay días que nadie puede estropear.
No te cortas al afeitarte,
Todas las mujeres guapas te sonríen
y todas las cervezas están frías.

Encuentras un disco de Miles Davis
(una rareza) en oferta.
Ves en la calle a esa chica
por la que te masturbabas en el instituto.

Y te sientes tan feliz mientras conduces,

Escuchando esa canción de un tipo
Que bailaba, mejilla con mejilla,
En las calles de Nueva Orleáns,
Con la reina de Nueva Orleáns,

Tan feliz en esta ciudad de polvo y sol,
Que obedeces las normas de circulación
Y paras en el paso de cebra
Y dejas pasar a los peatones.

No hay comentarios: