Las casualidades, a veces, parecen tan mágicas que no me extraña que los antiguos acabarán creyendo en la existencia de algo por encima de nosotros. Bisontes en paredes ahumadas, serpientes emplumadas, humanos con rostro de gacela, elefantes blancos, hombres crucificados y lunas crecientes. Todo eso, ya sabéis. Del azar al destinado predestinado, luego la mitología, los credos y las religiones.
- Tres euros con sesenta y cinco – dice la cajera.
Saco el billete de veinte euros.
- ¿Tienes los sesenta y cinco?
Busco las monedas. Llevo una de cincuenta céntimos en la cartera.
- Pues creo que no voy a llevar.
Busco de nuevo. Una moneda de dos y otra de un céntimo.
- A lo mejor sí.
En un bolsillo de la cazadora: nada.
- No, no. Creo que no
En el otro: una moneda de dos céntimos, la vuelta de algo que compré hace poco, el pan nuestro de cada día, quizá.
- Espera, espera – le digo a la chica, que me mira con cara de si-me-das-los-senta-y-cinco-me-salvas-la-vida.
En el pantalón. Busco en el pantalón porque no había caído en la cuenta. En los bolsillos de delante, nada. Y, en los de atrás, ahí están: diez céntimos, los diez céntimos que me faltaban hasta los sesenta y cinco.
De repente, todo encaja de tal forma que parece que alguien lo ha querido así. Miro hacia arriba, para dar las gracias, pero me encuentro con un techo amarillo y sucio, unos tubos fluorescentes llenos de moscas y mosquitos, muertos, chamuscados.
A la salida del súper, hay una mujer tomando mate enfundada en un abrigo marrón. Me sonríe. ¿Habrá sido ella?
2 comentarios:
buff, que dificil me lo pones con este texto, jeje... tengo bastantes ideas formadas sobre lo que es el destino y la casualidad...la cosa es que esas ideas de poco valen porque cada 5 minutos me contradigo sobre lo que pienso!
pd: iba a escribir más pero podría ser un coñazo.
el usuario anonimo soy yo, rebeca (juraría que puse mi nombre)...aunque no creo que sea dificil adivinarlo!
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